Starbucks en crisis: los aranceles de Trump y la competencia china amenazan su imperio global

Starbucks se tambalea: la tormenta que sacude al gigante del café

El panorama no podría ser más complicado para Starbucks. Tras una década de expansión frenética y una presencia global en más de 80 países, la cadena de café más famosa del mundo enfrenta su momento más oscuro. La llegada de nuevos aranceles del 10% impuestos por el gobierno de EE.UU. y una creciente competencia en China están minando su rentabilidad.

¿El resultado? Cinco trimestres consecutivos de caída en ventas en su mercado principal: Estados Unidos.


Ventas en picada y márgenes bajo presión

En el último trimestre, las transacciones en EE.UU. cayeron un 4%, aunque el gasto medio por cliente aumentó un 3%. Pero ese leve incremento no alcanza a compensar la caída en tráfico: muchos consumidores están migrando hacia opciones más económicas como Dunkin’ o McDonald’s.

A eso se suman otros problemas estructurales:

  • El precio del café, en máximos de los últimos 10 años.
  • Un mercado estadounidense saturado y con bajo margen de crecimiento.
  • Costes laborales al alza, conflictos sindicales y reducción de opciones de personalización para ahorrar.

Aranceles que amenazan su modelo global

Uno de los mayores golpes recientes ha sido la imposición de aranceles del 10% al café importado, una materia prima crítica para Starbucks, que compra gran parte de su café a más de 30 países.

Esta medida llega en un mal momento: el nuevo CEO, Brian Niccol, se comprometió públicamente a no subir precios durante 2025. Una decisión arriesgada que podría convertirse en una espada de doble filo si los márgenes siguen cayendo.


China: el gran sueño que podría convertirse en pesadilla

Durante años, China fue la gran apuesta de crecimiento de Starbucks. Desde 2018, duplicó el número de tiendas hasta superar las 9.000. Sin embargo, las ventas se han estancado: 0% de crecimiento interanual en el último trimestre.

Esto se debe a varios factores:

  • Fuerte competencia de Luckin Coffee, que ya supera los 14.000 locales en China, enfocados en café para llevar.
  • Un consumo nacionalista creciente, que favorece marcas locales.
  • Cambios de hábitos: los consumidores chinos prefieren rapidez, digitalización y precios bajos.

Las cifras de una crisis silenciosa

La situación financiera de Starbucks deja en evidencia la gravedad del problema:

  • Acciones han caído casi un 30% desde el anuncio de los aranceles.
  • Margen operativo ajustado: 8,2%, por debajo del 9,5% esperado.
  • Beneficio trimestral: desplome de más del 50%, con solo 384 millones de dólares.
  • Deuda neta: 23.000 millones de dólares, con un ratio de endeudamiento superior a 3.

Back to Starbucks: ¿una estrategia salvadora?

El nuevo CEO, Brian Niccol, ha lanzado el plan “Back to Starbucks”, que busca volver a los orígenes de la marca: calidad, experiencia premium y sostenibilidad.

Algunas medidas tomadas:

  • Eliminación de cargos extra por leches vegetales.
  • Recargas gratuitas para clientes en tienda.
  • Reducción de opciones para simplificar la operación.
  • Descontinuación de productos poco rentables.

Aun así, el propio Niccol reconoció que los “resultados del segundo trimestre son decepcionantes”, aunque asegura confiar en la estrategia actual.


¿Qué le espera a Starbucks en 2025?

El futuro de Starbucks dependerá de varios factores clave:

  • Si logra controlar sus costes operativos sin aumentar precios.
  • Si puede reconquistar al consumidor estadounidense en un entorno económico difícil.
  • Si logra ganar terreno en China, pese a la competencia feroz y la presión política.
  • Y, sobre todo, si puede recuperar su esencia de marca sin sacrificar rentabilidad.

La pregunta es: ¿seguirá siendo Starbucks ese lugar especial donde tomar un café era una experiencia, no solo una transacción?


Starbucks está en una encrucijada. Sus fortalezas históricas ya no bastan, y las decisiones que tome en los próximos meses determinarán si mantiene su liderazgo o se convierte en un gigante herido. Lo único claro es que el café, por sí solo, ya no basta para sostener el imperio

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