BonziBuddy: el simpático asistente de Windows que terminó siendo un spyware descarado

Si usaste un ordenador entre finales de los 90 y principios de los 2000, seguro que recuerdas a Clippy en Office o al perrito Rover de Windows XP. Eran tiempos de asistentes virtuales simpáticos, coloridos y en apariencia inofensivos. Pero no todos jugaban limpio. El caso más escandaloso fue el de BonziBuddy, un curioso mono morado que prometía hacerte la vida más fácil… mientras te espiaba.

El mono que hablaba y robaba información

BonziBuddy fue creado por Bonzi Software como un asistente animado para Windows. Podía contar chistes, leer correos electrónicos en voz alta, navegar por la web contigo y realizar pequeñas tareas. Todo adornado con una actitud amistosa y bromista. Sin embargo, tras esa apariencia se escondía un spyware que recolectaba información personal y modificaba configuraciones del sistema sin consentimiento.

No solo te espiaba: mostraba publicidad engañosa, alteraba tu navegador y ofrecía una versión “premium” que tampoco resolvía los problemas. Además, instalaba puertas traseras que facilitaban la entrada de otros virus y programas maliciosos.

La inesperada resurrección de BonziBuddy en 2014

Aunque desapareció oficialmente a principios de los 2000, BonziBuddy volvió a circular en 2014 cuando un youtuber lo incluyó en un vídeo donde destrozaba Windows XP con malware clásico. El simpático mono se viralizó nuevamente, recordándonos una época donde el malware entraba a los ordenadores disfrazado de programas divertidos.

Un recordatorio de lo vulnerables que éramos

La historia de BonziBuddy es también la historia de una época. Una internet ingenua, con menos protecciones y usuarios dispuestos a instalar cualquier cosa que pareciera simpática. En su momento, las herramientas de seguridad eran mínimas y este tipo de programas podían colarse fácilmente en millones de ordenadores.

Hoy contamos con mejores defensas: antivirus integrados como Windows Defender, protecciones en los navegadores y sistemas más cerrados frente a aplicaciones desconocidas. Pero casos como el de BonziBuddy nos recuerdan que el malware puede disfrazarse de cualquier cosa… incluso de un simpático mono morado con sonrisa.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *