
Las redes sociales están inundadas de rutinas matutinas extremas. Ashton Hall, un influencer de fitness, se ha vuelto viral al mostrar su estricta rutina que incluye despertarse antes de las 4:00 AM, sumergir su rostro en agua helada y aplicar cáscara de plátano en la piel. Pero, ¿son estos hábitos realmente beneficiosos o solo una moda exagerada?
La viralización de una rutina extrema
En X/Twitter, la cuenta @tipsformenx compartió un reel donde Ashton Hall ejecuta su rutina matutina metódica. Con más de 99 millones de visualizaciones en TikTok y 8 millones de "me gusta", su video ha generado fascinación y críticas por igual.
El video muestra a Hall despertando exactamente a las 3:52 AM, retirando su mouth taping (una técnica para mejorar la respiración nasal), lavándose la cara y ejercitándose en su balcón. Luego, lee por dos minutos, escribe afirmaciones positivas y ve videos motivacionales. Más tarde, sumerge su rostro en un bol de agua con gas, seguido de un entrenamiento intenso. Finalmente, tras ducharse, se restriega la cáscara de un plátano en el rostro antes de sumergir nuevamente su cara en hielo.
El culto a la productividad extrema
Las rutinas matutinas han sido tendencia en TikTok desde hace tiempo, especialmente entre mujeres que promueven el morning skincare y la organización. Ahora, los hombres también han adoptado este tipo de rutinas, influenciados por la cultura de la autooptimización extrema. Según el neurocientífico Andrew Huberman, algunas prácticas pueden ser beneficiosas para la salud mental y física, pero también pueden generar una presión innecesaria.
Looksmaxxing y la presión estética masculina
El fenómeno del looksmaxxing, que busca la "maximización" del atractivo personal, ha impulsado el auge de estas rutinas. Los hombres invierten en su imagen a través de entrenamientos extremos, cirugía estética y cuidados de la piel, con la esperanza de alcanzar un estándar idealizado de masculinidad y éxito.
Esta tendencia ha sido alimentada por influencers y emprendedores que promueven la idea de que la disciplina extrema es la clave del éxito. En muchos casos, estas rutinas se presentan como una forma de alcanzar un estatus social y económico elevado.
¿Moda pasajera o un cambio en el autocuidado masculino?
El video de Ashton Hall ha provocado tanto admiración como parodias, lo que refleja una conversación más amplia sobre la presión de la autooptimización constante. Más allá de los extremos, estas prácticas han redefinido el autocuidado masculino, mezclando hidratación, meditación y ejercicio en un solo paquete de productividad.
Si bien algunos defienden estos hábitos como un camino hacia la disciplina y la mejora personal, otros los ven como una manifestación de la presión social impuesta por las redes. ¿Será esta tendencia una evolución positiva del autocuidado masculino o simplemente otra moda extrema con fecha de caducidad?