La compulsión de mirar el móvil se ha convertido en una parte integral de nuestra rutina diaria. Este fenómeno, conocido como "doomscrolling", nos lleva a pasar horas deslizando el dedo por las pantallas, absorbiendo información que a menudo nos genera ansiedad y malestar. Pero, ¿por qué no podemos dejar de hacerlo? La respuesta se encuentra en la manera en que nuestro cerebro está programado.
Evolución y Curiosidad
Desde una perspectiva evolutiva, los humanos siempre han tenido una curiosidad innata por su entorno, una característica que ha sido crucial para nuestra supervivencia. La búsqueda constante de información útil sobre nuestro entorno, desde las noticias hasta los accidentes viales, es un reflejo de esta necesidad de estar informados para evitar peligros y tomar decisiones acertadas. Sin embargo, en la era digital, esta curiosidad se ve alimentada constantemente por un flujo interminable de estímulos informativos a través de nuestros dispositivos móviles.
El Sistema de Recompensas del Cerebro
El scrolling por redes sociales y otros contenidos en línea activa los centros neuronales responsables de procesar las sensaciones de placer en nuestro cerebro. Este proceso se ve impulsado por la liberación de dopamina, una hormona que nos dota de una sensación de recompensa y satisfacción. Cada vez que recibimos nueva información, nuestro cerebro libera dopamina, lo que nos hace querer más, independientemente de si la información es útil o simplemente entretenimiento.
La Trampa de la Adicción
El doomscrolling no es muy diferente de otras adicciones. Cuanta más información consumimos, más difícil se vuelve detenernos. Estudios han demostrado que la exposición continua a estímulos informativos, como ver múltiples vídeos seguidos, aumenta nuestra predisposición a seguir consumiendo contenido. Esta adicción a la información no solo interfiere con nuestras actividades diarias, sino que también puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental.
Impacto en la Salud Mental
El consumo excesivo de información, especialmente de noticias negativas, puede generar ansiedad y depresión. Además, el uso de dispositivos móviles antes de dormir puede interferir con nuestros patrones de sueño, contribuyendo a la fatiga y al estrés. La exposición continua a noticias alarmantes y contradictorias también puede generar confusión y aumentar nuestros niveles de ansiedad.
Estrategias para Combatir el Doomscrolling
Para evitar caer en la trampa del doomscrolling, es esencial identificar y reconocer el problema. Algunas estrategias recomendadas incluyen:
- Alejar el móvil: Dejar el dispositivo en otra habitación mientras trabajamos o intentamos dormir puede ayudar a reducir la tentación de mirar la pantalla.
- Consciencia y reflexión: Ser conscientes del momento en que comenzamos a vagar por contenidos de forma automática y reflexionar sobre nuestros sentimientos y síntomas de fatiga mental.
- Redirigir la curiosidad: Enfocar nuestra curiosidad en actividades más productivas o relajantes, como leer un libro o practicar un hobby.
- Evitar el catastrofismo: Buscar activamente noticias positivas y tratar de mantener una perspectiva equilibrada sobre la información que consumimos.
El doomscrolling es una trampa en la que nuestro cerebro está programado para caer, pero con consciencia y estrategias adecuadas, podemos reducir su impacto en nuestras vidas. La clave está en encontrar un equilibrio saludable entre mantenerse informado y cuidar nuestra salud mental.
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