
El adiós a una leyenda
El mundo del cine despide a uno de sus últimos grandes íconos: Robert Redford ha muerto a los 89 años en su residencia de Provo, en las montañas de Utah, acompañado por su familia más cercana. La noticia fue confirmada por fuentes cercanas al actor y difundida por Variety, dejando a Hollywood y al público conmovidos por la partida de una figura que marcó la historia del séptimo arte durante más de seis décadas.
Dueño de una mirada inolvidable y un carisma magnético, Redford fue mucho más que una estrella de cine. Fue actor, director, productor, activista y, sobre todo, un puente entre el Hollywood clásico y el cine independiente moderno.
De los escenarios al estrellato
Nacido en 1936 en Santa Mónica, California, Redford inició su carrera en el teatro a finales de los años cincuenta antes de dar el salto a la televisión y, poco después, al cine. Su primera aparición fue en la comedia romántica Tall Story (1960), aunque sin acreditar.
Pronto se consolidó como uno de los rostros más prometedores de su generación, compartiendo pantalla con leyendas como Marlon Brando y Jane Fonda en The Chase (1966) y Barefoot in the Park (1967).
Pero el verdadero punto de inflexión llegó en 1969 con Butch Cassidy and the Sundance Kid, donde interpretó al inolvidable Sundance Kid junto a Paul Newman. Ese personaje no solo lo catapultó al estrellato mundial, sino que le dio el nombre al festival de cine independiente que años más tarde fundaría.
Un actor de éxito y un director premiado
Redford brilló en títulos como The Sting (1973), que le valió su única nominación al Oscar como actor, aunque la estatuilla fue para Jack Lemmon. Sin embargo, la revancha llegaría desde otro rol: el de director.
En 1980 debutó detrás de cámaras con Ordinary People (Gente corriente), un drama familiar que no solo conquistó al público, sino que lo llevó a ganar el Oscar a Mejor director.
Desde entonces, Redford supo alternar su trabajo como actor y cineasta, participando en proyectos tan diversos como The Natural (1984), Out of Africa (1985), Quiz Show (1994) y The Horse Whisperer (1998).
El padre del cine independiente
Uno de los grandes legados de Robert Redford es, sin duda, el Festival de Sundance, creado en 1978 en Utah. Su objetivo fue claro: dar visibilidad a nuevas voces y talentos que no encontraban espacio en la maquinaria de Hollywood.
Gracias a Sundance, cineastas como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh, Kevin Smith o Damien Chazelle encontraron la plataforma que impulsó sus carreras.
Con el festival y el Sundance Institute, Redford se convirtió en el gran mecenas del cine independiente, demostrando que su influencia iba más allá de la pantalla.
Su última etapa en Hollywood
Aunque se mantuvo activo durante toda su vida, Redford tuvo un regreso inesperado a los blockbusters en 2014, al interpretar al villano Alexander Pierce en Capitán América: El Soldado de Invierno, dentro del Universo Cinematográfico de Marvel. Reapareció brevemente en Avengers: Endgame (2019), en lo que fue su despedida oficial como actor de cine.
Su última aparición acreditada fue con su voz en proyectos experimentales como Omniboat (2020) y Los fontaneros de la Casa Blanca (2023), donde prestó su voz al periodista Bob Woodward.
Legado inmortal
Con la muerte de Robert Redford se apaga una de las últimas luces de la edad dorada de Hollywood. Actor talentoso, director consagrado y defensor del cine independiente, su influencia permanecerá viva en cada historia proyectada en el festival de Sundance, en cada actor que encontró inspiración en él, y en cada espectador que se emocionó con sus películas.
Robert Redford no fue solo un intérprete: fue un creador de caminos en la industria. Hoy, Hollywood llora su pérdida, pero su legado seguirá vivo en las pantallas y corazones de millones alrededor del mundo.