Contra los tuppers: cada vez más voces advierten que guardar la comida en plástico no es buena idea

El plástico en el punto de mira

Ligero, barato y resistente: el plástico se convirtió en un aliado de la vida moderna. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que miles de sustancias químicas presentes en los tuppers pueden migrar hacia los alimentos, sobre todo cuando entran en contacto con comidas grasas, ácidas o calientes.

El problema no es solo la comida que guardamos: el uso diario en microondas, lavavajillas o el desgaste por rayones acelera la liberación de compuestos nocivos.


Microplásticos en sangre, pulmones e incluso placenta

Los tuppers también liberan microplásticos, diminutas partículas que ya se han encontrado en sangre, pulmones e incluso placenta humana, según han informado medios como BBC y Delish.

A esto se suma el efecto de los disruptores endocrinos: sustancias como el bisfenol A (BPA) o los ftalatos, capaces de alterar el equilibrio hormonal y asociadas a problemas de fertilidad, desarrollo y salud reproductiva.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha reducido recientemente los niveles tolerables de BPA a un umbral 20.000 veces menor que el anterior, alertando de su peligrosidad.


¿Son mejores las alternativas?

El problema no acaba con sustituir un químico por otro. Algunos reemplazos del BPA, como el BPS y el BPF, han mostrado efectos similares en estudios recientes. De hecho, se han identificado más de 3.600 sustancias químicas procedentes de envases plásticos en humanos, muchas de ellas aún poco estudiadas.

Por eso, expertos como Lisa Zimmerman, del Food Packaging Forum, recomiendan dejar de usar plásticos y optar por materiales más seguros: vidrio, acero o cerámica certificada.


El calor: un riesgo añadido en verano

El uso de tuppers también implica riesgos microbiológicos. El calor estival favorece la proliferación de bacterias y aumenta la probabilidad de intoxicaciones alimentarias.

La dietista Judit Carreira, del Hospital de Sant Pau, aconseja transportar los táperes en bolsas térmicas, no exponerlos al sol y separar los alimentos crudos de los cocinados. Sus cuatro reglas básicas son: limpiar, separar, cocer y enfriar.


Entonces, ¿hay que tirar todos los tuppers?

No es necesario vaciar la cocina de golpe, pero sí cambiar hábitos:

  • Evitar recalentar en plástico, incluso si indica “apto para microondas”.
  • Usarlos solo para alimentos fríos o secos, nunca para comidas aceitosas, ácidas o calientes.
  • Reemplazarlos si presentan rayones, deformaciones u olores persistentes.
  • Apostar por recipientes de vidrio, acero inoxidable o cerámica segura para comidas calientes o de larga conservación.

El lujo real: recipientes que cuidan la salud

Los tuppers han simplificado la vida moderna, pero también nos han expuesto a una “sopa química” aún no del todo comprendida. La ciencia sigue investigando los efectos acumulativos de estas sustancias, pero el consenso es claro: calor, grasa y plástico no combinan bien.

Quizás el verdadero lujo de la cocina contemporánea no sea acumular tuppers de todos los tamaños, sino elegir recipientes que protejan nuestra salud.

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