China repite el fantasma de Japón: 14 millones de viviendas vacías y una burbuja que amenaza con décadas perdida

📉 Una crisis que recuerda demasiado a Japón

En 2024, China ya arrastraba uno de los colapsos inmobiliarios más graves de su historia reciente: millones de apartamentos terminados sin comprador y otros tantos vendidos pero nunca construidos. Un año después, el panorama es aún más oscuro.

La comparación es inevitable: al igual que Japón en los años 90, China enfrenta la resaca de una burbuja inmobiliaria alimentada por políticas erráticas, especulación desmedida y un entorno demográfico adverso.


🏠 El espejismo del ladrillo

Durante dos décadas, la vivienda fue el gran motor de la economía china:

  • Representaba una cuarta parte del PIB nacional.
  • Supuso más de un tercio de los ingresos públicos.
  • Se convirtió en el 70% de la riqueza familiar.

Pero cuando la demanda se agotó, la caída fue brutal: millones de viviendas sin vender, precios desplomados y un golpe directo a la riqueza de las familias.


👴 La trampa demográfica

Si Japón vio cómo su población envejecida hundía la demanda de vivienda, en China la situación es peor:

  • La generación que compra su primera casa alcanzó su pico en 2019.
  • La política del hijo único redujo drásticamente los futuros compradores.
  • En 2040, el país tendrá un nivel de envejecimiento que a Japón le tomó casi tres décadas alcanzar.

Todo esto se combina con un consumo interno débil (38% del PIB en 2020 frente al 50% japonés en 1990).


💣 Evergrande, el símbolo del colapso

El caso Evergrande es la cara más visible de la burbuja:

  • Pasivos de 360.000 millones de dólares.
  • Retirada de la Bolsa de Hong Kong.
  • Efecto dominó sobre gigantes como Country Garden o Sunac.

La liquidación de promotoras enteras refleja que no se trata de un bache coyuntural, sino de una crisis estructural.


🚧 Urbanización, deuda y especulación

Desde que Pekín liberalizó el mercado de la vivienda en 1998, más de 500 millones de personas se mudaron a las ciudades. La construcción se disparó y los precios se multiplicaron por seis.

El modelo funcionó… hasta que el gobierno impuso las “tres líneas rojas” en 2020: límites al endeudamiento y exigencias de liquidez. Fue la chispa que explotó la burbuja y dejó al descubierto un sistema basado en deuda y expectativas irreales.


📊 Un problema sin salida fácil

Hoy, el gobierno chino enfrenta un dilema:

  • Rescatar al sector para evitar un colapso social y laboral.
  • O dejarlo caer para romper con el modelo especulativo que creó la crisis.

Cualquiera de las dos opciones amenaza con consecuencias profundas: pérdida de confianza, riqueza destruida y estancamiento económico.


⏳ ¿China camino a sus “décadas perdidas”?

Japón tardó décadas en aceptar que su problema no era solo financiero, sino demográfico. China corre el mismo riesgo, pero con una burbuja aún mayor y una población que envejece más rápido.

La gran pregunta ya no es si China logrará recuperar el dinamismo del pasado, sino si podrá reinventar su economía antes de caer en un estancamiento prolongado que condicione su futuro global.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *